Conectemos

Constantemente estamos viviendo una travesía que revela sus senderos paso a paso, que nos habilita espejos en los que nos encontraremos descubriendo y retando lo profundo de nuestro ser. Muchas personas comienzan a construir un camino profesional que tienen trazado quizá desde su infancia, otras personas no tenemos un mapa tan claro, solo tenemos una dirección y sentimos una voz interna que nos invita a seguir avanzando. Lo mágico de todo, es que no hay diferencia alguna en caminos trazados o no, en todos dudamos, tropezamos, giramos en círculos, paramos o seguimos, jamás descubrimos si la dirección es la correcta y así integramos partes de un todo a nuestro SELF, aprendiendo y desaprendiendo. 

Eso es Ápisenda (Ápice + Senda), representa para mí el trayecto personal y colectivo de aciertos y desaciertos, que conjuga los caminos ocultos y los que se van descubriendo mientras avanzamos, confrontándonos siempre a toda una trama de decisiones interminables en una ruta donde cada segmento, cada parpadeo, son parte de nuestra más profunda esencia. 

Cada paso que damos deja una marca aunque no siempre la veamos de inmediato; hay encuentros que serán el resultado de muchos desencuentros, alquimias y rutas. Sobre todo, porque el llamado crecimiento no es lineal y muchos menos predecible, cada experiencia actúa confrontándonos con nuestra autenticidad y vulnerabilidad de manera silenciosa y poderosa. En cada tramo reescribimos lineas que parecen interminables, momentos que parecen tener fallas incorregibles. 

Es un gran proceso de depuración donde sobre todo, aprendemos más y más a cerca de la gran pregunta ¿Quiénes somos? Y sobre el trayecto que estamos caminando, donde cada persona que se cruza deja siempre partes de su SER. Amigos y amigas inspiradores, mentores que guían, colegas que cuestionan, cada persona es parte esencial de los fragmentos o del camino completo. Por eso, Ápisenda es en toda su magnitud un resultado colectivo.